domingo, 30 de marzo de 2008

No voy en tren, ni voy en avión


¿Y si un día por fin descubriéramos que podemos teletransportarnos? ¿Burlar definitivamente las barreras del tiempo y la distancia? Los celulares solo servirían como malas maquinas de fotos y excelentes despertadores. Ni que hablar los anacrónicos teléfonos de línea. Si uno tuviera la necesidad o las ganas de decirle algo a alguien, podría ir en un instante y decírselo personalmente. Las empresas de transporte se fundirían, ya que nadie necesitaría de ningún 60 ciudad vieja para ir a trabajar. ¡CUTCSA se dejaría de existir! Solamente cerrando los ojos y concentrándose en el lugar de destino, sería suficiente para poder viajar hacia el lugar que uno desea, solo en unos insignificantes instantes. Podríamos dormir una hora más diaria, ya que el tiempo entre la cama y la oficina podría reducirse a segundos.

López Mena dejaría de lucrar con los cortes de ruta. Los cortes de ruta serían absurdos, ya nadie necesitaría de las rutas.

Lo mismo con las aerolíneas; los caros viajes en avión, los barcos, los autos, los subtes. Ya nadie necesitaría de ellos. Solo se viajaría por el placer, el goce del traslado, de su duración. Osea, serían los menos. La bicicleta solamente se usaría como entretenimiento, hacer ejercicio, para pasear por la rambla un domingo de tarde.

Las calles, silenciosas, vacías. Los semáforos, queriendo jubilarse, cambiando de color sin razón de ser.

Ya no tendrían sentido el Skype ni el Messenger.

Podríamos conocer el mundo entero sin plata en el bolsillo. Machu Picchu, Punta del Diablo, Nueva York, Buenos Aires, El Cairo, La Pedrera, Islas Fiji, Montevideo. Ir y volver, ir y volver e ir.

Sería mucho más fácil ser puntual, y mucho menos justificable llegar tarde. Con solo un cerrar de ojos, me podría trasladar a Barcelona esos 15 minutos diarios que le dedico a la comida de mediodía. Y podría viajar kilómetros un sábado detarde por una siesta cucharita. O durante mi horario de trabajo, podría disimular e ir al baño, para cruzar el océano y darte un beso, que dure 3 minutos. Y volver.

Y pensar que hay gente que sigue pensando que lo mejor en el mundo sería volar.



domingo, 23 de marzo de 2008

Eso mismo




el coraje del cielo
por repetirse
y no ser siempre igual.




viernes, 21 de marzo de 2008

El tiempo borra todo


El tiempo borra todo,


el tiempo borra todo,


el tiempo borra todo,


el tiempo borra todo,



sí solo sí




lo permite






la memoria.