sábado, 13 de octubre de 2007

Textos en el celular



MURDER

Hoy me desperté constatando un homicidio en el camino entre mi casa y la parada del ómnibus. Los empleados municipales arrancaron el palo borracho. No alcanzó con la tala exagerada, típico de estas épocas donde funcionarios poco felices se empeñan en "podar" inocentes arbolitos hasta el exterminio mismo, poniendo en duda lo beneficioso de su acción. Lo deshicieron. Tampoco les alcanzó con lo peyorativo del nombre que la civilización le puso a este noble árbol (la reducción y simplificación de "árbol" a "palo" y el prejuicio de que como es verde es "borracho"). Era el único palo borracho de la vuelta. Nos queríamos mucho. Él era diferente a los demás. Pero estoy segura de que era feliz. Igual no creo que lo hayan arrancado por eso, no todos parecían ser felices, sin embargo todos los árboles de la cuadra fueron arrancados.

PERDER EL COLOR

Volviendo al ómnibus, estoy viendo todo gris. Es como si tuviera un filtro en los ojos y más allá del cielo que efectivamente está gris hace días, veo a los edificios grises, a la gente con piel gris, la calle gris, autos grises. ¿Estaré peridendo células retinianas? ¿Me estaré volviendo daltónica? La película se tornó blanco y negro y eso me preocupa.

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